"Comparto contigo esos dulces secretos que me apetecen ser robados, solo algunos, esos que huelen a flores de almendro y suenan a melodías del alma cómplices entre sábanas de ausencia, secretos guardados en una nube de inocencia sobre mi atalaya."
martes, 28 de febrero de 2012
El búho Rosendo
En aquel pequeño bosque donde parecía que nada
cambiaba, vivía una familia de búhos muy peculiares…
Rosendo era el mayor de los hermanos y no se parecía
en nada a los demás.
¡Era un tanto raro este búho!
Sus plumas eran de color rosa ya ¡veis! Y el contorno
de sus ojos azul como sus orejas…que junto al negro
azabache de sus ojos, daban un aspecto un tanto
burlesco a su cara.
Era tan buen estudiante, que pronto fue un búho
prodigio y fue destacando en el colegio
por su nobleza y amabilidad.
Vivía en un árbol frondoso y centenario…allí
acudían la gente del lugar y alrededores en
busca de algún consejo para sus problemas
jamás dejo a nadie sin escuchar…era muy querido.
Un día llego la policía para hacer un registro
en su casa que el gustoso accedió, con tan
mala suerte...que encontraron un collar de
brillantes escondido en un cajón y al pobre
Rosendo lo acusaron de ladrón.
El juraba y perjuraba que era inocente…pero
nadie lo escuchó…y todos le gritaban…
¡Miente! ¡Miente!
Sus verdugos lo encerraron en una jaula y sabéis
qué hicieron? lo llevaron en mitad de la plaza para
que todo el pueblo lo viese y pudiese insultarlo.
El pobre Rosendo que no entendía nada, lloraba
y lloraba ¡soy inocente, soy inocente! Murmuraba…
El pueblo entero comenzó a injuriar y con desprecio
decían: ya lo sabía yo, no podía ser de otra forma.
De pronto, apareció ante sus ojos su amigo Filomeno,
un valiente lince y gran investigador de la verdad.
Filomeno era pequeño (cosa rara en su especie)
pero grande, muy grande de corazón, después de
abrazar a su amigo entre las rejas, le dijo: cuenta
conmigo, yo estaré aquí…ahora y siempre,
Rosendo a pesar de su tristeza, supo que no estaría
solo en aquella lucha por mostrar su inocencia.
Pero como el bueno siempre gana aunque solo sea
en los cuentos, detuvieron al verdadero ladrón…una
pequeña urraca que envidiaba mucho a Rosendo
y para hacerle daño ante la gente, mancillando
su honor, le había tendido una trampa.
Las mentiras como sabéis, tienen las patas muy
cortas…arrepentida de su acción,
fue a la policía y confeso su delito.
Rosendo ya libre, se marcho a casa y al día siguiente
como si nada hubiese ocurrido se marcho al trabajo
para seguir ayudando a los demás.
¿Pero sabéis una cosa?
El siempre recordara lo ocurrido y a los amigos
que no le volvieron la espalda y fueron leales
como su gran amigo Filomeno.
La mentira es cosa fea y pone enfermo el corazón.
© Fini López Santos.
jueves, 23 de febrero de 2012
Tu nombre en mi voz
Cada vez que te pienso más te añoro
¿quién dijo que la distancia es olvido?
Será que te amo demasiado
será que te deseo sin decoro.
Cada vez que te pienso, te nombro
respirando para adentro
que me escuchen pronunciar tu nombre
no quiero, a que te roben tengo miedo.
Mi garganta moldea cada letra
y sin palabras te llama
en esta distancia que te implora
mandando mi beso hasta tu boca.
Cada vez que te pienso a hiel me sabe
esta impotencia que hiela mi sangre
y es que el tenerte se ha vuelto obsesivo
pobre de este corazón mío.
domingo, 5 de febrero de 2012
Un cuento fui
Foto de la red
Por soñar…soñé con tus manos
suaves, de largos dedos
por querer…soñé que nos abrazamos.
Por soñar…soñé con tu boca
de labios glotones…perversos,
¡Y te soñé en mi! mira si estaba loca.
Por soñar…soñé con tus brazos
abiertos, fuertes y tiernos,
por querer…me soñé acurrucada en ellos.
Por soñar…soñé que fui un cuento
por querer…quise ser cenicienta
y queriendo fui a tu encuentro.
Por soñar, soñé que te quería
¡Mira si fui ilusa!
Que por querer soñar, moría.
Una de piratas
Dedicada a Bernar Williams Gumk
Fueron buenos tiempos…cuando navegabas por
mares bravíos en busca de tus suculentas presas.
¡Al abordaje mi corazón!
El famoso quijote en su Perla Negra desafiaba
bravucón todos los retos.
Asaltabas encuentros destronando capitanes intrépidos
con tus palabras en verso…caballero donde los halla
adulador de la belleza mulata…y te perdiste por rutas
inexplorables quedando deslumbrado ante sueños
de alquiler…en otros momentos comprados.
Y brindaste hasta el amanecer con bucaneros de
tres peras al cuarto…quedando tu hombría por los
suelos…perdiendo la voz y el brillo de tus ojos
en cada asalto.
Te fueron ganando cantos de sirenas llevando tu barco
a escorar en desconocida playa…donde los vicios
prestados…tornaron brutales los encuentros de antaño.
Nunca dejaste de ser pirata…y fuiste armador en
cada puerto, logrando tu recompensa…ganando
caricias de mujer bella…y volviste a ser niño,
en un mar tormentoso…regalando cariño a
bellas damas con palabras sencillas llenas de
encanto…y cuando la mar estaba en calma… te
dejaste caer por la borda con el sufrimiento
convertido en piedras para tus bolsillos…de nada
sirvieron los gritos…
¡Hombre al agua!
Tu bote salvavidas…hace algún tiempo se hundió
dejándote a la deriva…de nada sirvieron desvelos
ni anhelos en otros puertos.
¡Ya lo tenías decidido!
Sus cánticos te llevaron a perder la razón…
© Copyright Fini López Santos
Fantasmas
De nuevo te encuentro en aquellos primeros
besos donde al menor roce, levitábamos…y al
igual que entonces, una bandada de mariposas
revolotean en el estomago, corazón y boca.
Tan real, tan en mi estas…que se desbocan los suspiros
y buscan las manos cobijo en los bolsillos, para
esconder el temblor que tu presencia provoca.
De nuevo suena nuestra canción y me siento morir
en tus brazos…al son de aquel bolero, que más bien
parecía un tango de tanto sentir.
Y de nuevo como antaño los celos me devoran,
cuando lejos de tu boca paso las noches en vela,
sueños traicioneros que al sopor me abandonan…
el sudor moja mis sabanas mientras tú te paseas
por mi mente, fugaz…traicionero…y me llamas.
Me revuelvo y vuelvo a tu boca traicionera, que escapa
de todo control…se difumina como un espectro en casa
encantada…paseando por mi memoria como naufraga.
Al despertar, traicionada por los sueños…abro mis ojos
y te esfumas raudo y veloz…la cruel realidad llena
mi cama de ausencia…desde la bruma de mi soledad
vomito la hiel de este inmundo amanecer, donde el sabor
a ausencia llena la estancia sin indulgencia alguna…ojala
pueda arrancarte de mi...borrar de mi piel cada caricia,
ojala pueda arrancarme las ganas de ti…
Copyright © Fini López Santos
besos donde al menor roce, levitábamos…y al
igual que entonces, una bandada de mariposas
revolotean en el estomago, corazón y boca.
Tan real, tan en mi estas…que se desbocan los suspiros
y buscan las manos cobijo en los bolsillos, para
esconder el temblor que tu presencia provoca.
De nuevo suena nuestra canción y me siento morir
en tus brazos…al son de aquel bolero, que más bien
parecía un tango de tanto sentir.
Y de nuevo como antaño los celos me devoran,
cuando lejos de tu boca paso las noches en vela,
sueños traicioneros que al sopor me abandonan…
el sudor moja mis sabanas mientras tú te paseas
por mi mente, fugaz…traicionero…y me llamas.
Me revuelvo y vuelvo a tu boca traicionera, que escapa
de todo control…se difumina como un espectro en casa
encantada…paseando por mi memoria como naufraga.
Al despertar, traicionada por los sueños…abro mis ojos
y te esfumas raudo y veloz…la cruel realidad llena
mi cama de ausencia…desde la bruma de mi soledad
vomito la hiel de este inmundo amanecer, donde el sabor
a ausencia llena la estancia sin indulgencia alguna…ojala
pueda arrancarte de mi...borrar de mi piel cada caricia,
ojala pueda arrancarme las ganas de ti…
Copyright © Fini López Santos
Foto de la red